El movimiento aboga por una solución pacífica basada en el diálogo para el conflicto del Sahara occidental y en el plan de autonomía propuesto por Marruecos antes de la ONU en 2007.
Mohamed Cherif, líder del Movimiento Saharawi para la Paz (MSP), lanza una afirmación que retumba fuertemente en la junta política del Magreb: «El Polisario ya no es la única voz del pueblo Saharawi».
Cherif crudo el declive interno de un movimiento al que pertenecía y que, dice, «ha fallado» después de medio siglo de promesas no cumplidas, represión interna y desconexión con la realidad de las personas que dicen que representan.
Nacido en 2020 en pleno encogimiento por Pandemic en España, el MSP busca consolidarse como una «tercera vía» para el conflicto del Sahara occidental. Integrados principalmente por ex miembros del Polisario – Militares, Embajadores, Líderes Políticos – El Movimiento aboga por una solución pacífica basada en el diálogo y el plan de autonomía propuesto por Marruecos antes de la ONU en 2007.
«La guerra ha contribuido cualquier cosa, y lo único que ha hecho es imponer una sola voz, perseguir a aquellos que piensan de manera diferente y regresan a las armas unilateralmente», dice Cherif.
Para él, esa decisión de detener el incendio en 2020 fue «muy grave»: no solo violó el acuerdo de paz firmado hace 30 años, sino que expuso al Saharawi a una guerra tecnológica, con drones manejados desde pantallas en Rabat, eso los deja aún más indefensos.
Mohamed Cherif, líder del MSP, dice que el frente de Polisario ya no representa a todos los saharawi
Nueva narrativa
El MSP considera que después de más de medio siglo de estancamiento y sufrimiento en los campos de refugiados de Tinduf, debemos dar paso a soluciones que garanticen la dignidad, la cultura y la identidad Saharawi sin caer en los máximos. Cherif lo resume así:
«Queremos una autonomía real, como la que tiene el país vasco o Cataluña. Con competencias, propias instituciones y reconocimiento de nuestra identidad. Eso es posible y está sobre la mesa», dice.
En estos pocos años, el movimiento ha celebrado varias conferencias en España, ha sido aceptado en el internacional socialista y ha establecido relaciones con partidos en América Latina, África y Europa. Según Cherif, su voz ya no es marginal: «Estamos ganando terreno entre los Saharawi. Tenemos más de cuatro mil militantes, muchos de ellos en la diáspora».
«Queremos paz, no traiciono. Queremos democracia y autonomía, sin guerra».
Represión y silencios
El testimonio de Cherif también nakue a la represión dentro del Polisario. Hable sobre tortura, asesinatos, desapariciones y tumbas comunes. «Perdí a muchos amigos en la prisión de Rachid», dice con voz aburrida. También denuncia que en los campamentos de Tinduf proliferan el tráfico de drogas, los grupos radicalizados y una estructura de control real, alimentada por la ayuda humanitaria internacional.
En ese contexto, dice, algunos jóvenes saharawi han sido capturados por células yihadistas en el Sahel, y acusa al polisario de no haber hecho nada para evitarlo. «Después de 30 años sin un horizonte, algunos caen en desesperación y en manos de grupos peligrosos», dice.
Diálogo, no traición
Cherif insiste en que no son un partido político «al servicio de Marruecos», ya que el Polisario los acusa, sino un movimiento amplio y plural que quiere romper el monopolio representativo de una organización que ha convertido las críticas en la traición. «Aquellos que no piensan como nos llaman traidores. Pero no ocultamos nada. Queremos paz, autonomía y democracia. Y eso no puede ser rechazado por nadie», dijo.
Hasta ahora, dice, no mantienen contactos oficiales con Marruecos, aunque han hablado con miembros de los partidos marroquíes de la Internacional Socialista. Tampoco descartan que se acerquen a todas las fuerzas políticas españolas, un país al que recuerdan su responsabilidad histórica como poder colonial. «Queremos que escuchen otra voz, porque el Polisario no es toda la sociedad Saharawi», afirma.
«La guerra no ha traído nada, solo más muerto. Proponemos una salida pacífica».
Comunidad dispersa
¿Cuántos saharawis hay realmente hoy? Cherif es cauteloso: «En los años 80, la Media Luna Roja habló de unos 85,000 en los campamentos. Pero hoy hay muchos más en la diáspora, en Cataluña, el país vasco, Mauritania, Francia. Somos una comunidad dispersa y sin censo confiable».
Y lanza un mensaje directo: «La solución está en manos de los Saharawi. Pero para esto tienes que dejar de mirar el pasado, dejar de acusar a aquellos que piensan de manera diferente y sentarte al diálogo».
Nueva representación
Mohamed Cherif está claro: el MSP quiere ser escuchado por la ONU, por los gobiernos, por los partidos. No son «una alternativa extranjera», como afirma el Polisario. Son Saharawis buscando una salida sin más muertos, sin más generaciones atrapadas en los campamentos. «No somos radicales. Somos una voz democrática y pacífica. Y esa voz existe, aunque algunos no quieren escucharlo».