Debes ser curado y expresado sin ambigüedad que hay tres dictadores de la izquierda en América Latina, en Venezuela, Cuba y Nicaragui. Ahora se agrega la dictadura de la ley extrema, como la mayor dictadura: el presidente Nayib Bukele, acaba de hacer que faltaba su régimen: el establecimiento del comportamiento indefinido con el objetivo obvio en vigor.
Allí, dirá que hizo esto a la protección legal, para la aprobación de esta regla otorgada por el parlamento salvadoreño con más del 80% de los votos. Es obvio que se espera esta jugada, ya que Bukela tiene una mayoría absoluta en el parlamento y ahora ha matado prácticamente la democracia. Ya ha ocurrido cuando en el término completo, antes de reiterarse, la constitución cambió para lograr este segundo período.
Es indiscutible que el Bouquet haya logrado la aceptación mundial, lo que le permite ganar gran popularidad no solo en El Salvador, sino en muchos países como el nuestro, donde pueden lidiar con crímenes y delitos organizados. Promakalbi es su política que redujo drásticamente los indicadores de violencia en su país y, sobre todo, permitió el control y casi las pandillas, como Mare Salvatch, que ya han sido bordadas en el mundo.
Así como expresamos su profunda crítica de los complejos no especificados en otros países latinoamericanos, ahora estamos trabajando con esta irritación en el sistema democrático en El Salvador. La rerepetición de Chávez fue mala y después de su muerte, el comportamiento de Madur, como un Reex de los hermanos Castro en Cuba y Ortega, y por lo tanto la intención de la intención de ser un ramo de Nayib. No es necesario ser hipócrita apoyar un delito grosero en la democracia solo porque existe afinidad ideológica o compasión con un dictador.
Lo curioso es que el tackle de Bukel y a sí misma, se dejan con la cuenta de que Reaparece Merkel en Alemania y Trudea en Canadá. Debemos recordar a estos analfabetos funcionales que los ministros premium de Merkel y Trudeau, no los presidentes. En sus países, existe un sistema duplicado en un equilibrio absoluto de poderes que permite el control de cualquier boquilla o ambición política del gobierno, además de los celosos guardias de la democracia. Lo más importante: estos líderes mundiales nunca han cambiado las leyes a favor y recuerdan en el poder, porque sus normas son estrictas y las respetan.