El Congreso ha declarado formalmente un marco para el vino, una norma que fue notada y aprobada por el albacea a instancias del Parlamento. Esta iniciativa tiene como objetivo fundamental la creación de un marco legal que impulse el crecimiento de las vides, promoviendo, además, el desarrollo y la innovación tecnológica dentro del sector vitivinícola. Sin embargo, la implementación de esta norma ha generado serios inconvenientes dentro de la industria, provocando la reacción de la junta de viñedos de la Cámara de Comercio de la ICA. El gremio ha manifestado que sus recomendaciones y sugerencias no han sido consideradas en la formulación de la normativa.
Es importante destacar que la iniciativa, además de otros aspectos, establece la creación del Consejo Nacional de Viñones (convicto) con la finalidad de implementar acciones de promoción, expansión y asistencia técnica en el sector. Convavit estará compuesto por representantes de diversos ministerios, incluyendo producción, desarrollo agrícola, comercio, salud, asuntos exteriores y cultura; así como miembros de la industria de la sociedad nacional y gremios de pequeños productores.
José Antonio Olaachea, representante del sector vitivinícola en el Comité de la Cámara de Comercio, ha expresado su descontento respecto a la norma, subrayando que los productores no fueron consultados ni se les permitió aportar sus contribuciones al proceso. «¿Qué le sucede al Congreso? Este tipo de norma se elabora en la oscuridad, de noche, sorprendiendo así al sector vitícola. No es óptimo crear una regla que deje de lado a quienes realmente están involucrados», declaró Olaachea.
El representante también mencionó que uno de los problemas más grandes que afronta la industria del vino está relacionado con el régimen fiscal que, según él, no se ajusta a las particularidades del sector. «El ciclo de ventas se desarrolla en un periodo de 90 días y las acusaciones fiscales llegan semanalmente, lo cual resulta en discrepancias con la realidad», afirmó. Sin embargo, se observa que esta norma no incluye disposiciones fiscales específicas que puedan atender estas inquietudes.
Por su parte, Alan Watkin, presidente de la Cámara de Vinos, resaltó que, además de las problemáticas relacionadas con los impuestos, es crucial que el sector tenga acceso a productos financieros más asequibles, dado que el proceso de producción del vino se extiende por alrededor de dos años, lo que genera dificultades económicas adicionales.
«Argentina, España y Chile son países que están a la cabeza en el consumo de vino. Lo que realmente necesitamos es la promoción y expansión de nuestra industria vitivinícola, ya que el vino peruano está mejorando significativamente», afirmó, resaltando que hay alrededor de 6,000 hectáreas dedicadas a la viticultura en todo el país.
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