Jefferson Farfán ha tomado la decisión de enviar una carta notarial dirigida a Darinka Ramírez, así como a varias compañías, solicitando de manera formal que eliminen todos los videos de Tiktok en los que se utilizan sus frases y su nombre sin la debida autorización. Esta acción destaca la importancia de la protección de la propiedad intelectual y el respeto por la imagen personal de los individuos, especialmente para aquellos que, como Farfán, son figuras públicas.
El reconocido futbolista ha expresado su preocupación respecto al uso no autorizado de su imagen y su voz para la promoción de productos o servicios, argumentando que esto no solo afecta su derecho a la identidad, sino que también puede llevar a la confusión entre sus seguidores y el público en general. En la carta, Farfán deja claro que su nombre e imagen son elementos que le pertenecen y que tienen un valor que no debe ser explotado sin su consentimiento.
Darinka Ramírez es una de las personalidades más visibles en este asunto, conocida principalmente por sus imitaciones de Farfán que ha compartido en diversas plataformas de redes sociales. Su popularidad ha crecido gracias a estas imitaciones, y es por ello que la solicitud de Farfán se vuelve aún más relevante. Tanto ella como las empresas que han utilizado los contenidos relacionados con el futbolista han sido notificadas sobre la necesidad de retirar el material en un plazo determinado, subrayando así la seriedad de la situación.
La polémica ha suscitado un intenso debate en torno a la naturaleza de las redes sociales y el uso de contenidos que incluyen referencias a figuras públicas. Por un lado, muchos apoyan la decisión de Farfán, argumentando que su derecho a proteger su imagen es fundamental en una era donde los límites entre la creatividad y la explotación comercial pueden ser borrosos. Desde esta perspectiva, es esencial respetar la privacidad y la identidad de los artistas y deportistas.
Por otro lado, hay quienes defienden la libertad creativa en las plataformas digitales, argumentando que el humor y la parodia son elementos clave en la cultura contemporánea de internet. Sostienen que el contenido generado por los usuarios es parte de un fenómeno social que debe ser celebrado, en lugar de restringido. Este dilema pone de relieve la necesidad de establecer un equilibrio entre la protección de los derechos individuales y la promoción de la creatividad en un mundo cada vez más digitalizado.