El nuevo pontífice, nacionalizado peruano, fue elegido después del cónclave más diverso de la historia y dedicó un saludo emocional a su amado Chiclayo.
El cardenal Robert Francis Prevost, peruano nacionalizado y originario de Chicago, ha sido escogido como el Papa Número 267, eligiendo el nombre de Leo XIV. Este acontecimiento es un importante punto de inflexión no solo para la Iglesia Católica, sino también para la comunidad católica mundial, que celebra el liderazgo de un pontífice que ha demostrado un compromiso profundo con su fe y su comunidad.
Prevost vivió más de 40 años en Perú y forjó una relación pastoral que ha sido rica y profunda. Desde el año 2014, ha desempeñado el papel de obispo de Chiclayo, cargo que ocupó por designación del Papa Francisco, su predecesor, quien le otorgó la responsabilidad de guiar espiritualmente a una diócesis que ha sido fundamental en su vida religiosa.
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La elección del nuevo líder de La Iglesia Católica culminó este 8 de mayo, en el segundo día del cónclave tras la muerte del Papa Francisco. Este cónclave ha sido particularmente significativo, ya que ha marcado un nuevo rumbo para la iglesia en un momento de desafíos contemporáneos.
Ciertamente, este evento representa un hito trascendental para la comunidad católica a nivel mundial, simbolizando un cambio y un nuevo comienzo, en un contexto global que demanda un liderazgo firme y claro.
Con la participación activa de 133 Cardenales de 70 naciones diferentes, este cónclave se ha destacado como el más diverso en la historia de la Iglesia, según Noticias del Vaticano. Al final del difícil proceso de selección, la noche concluyó con la tradicional y esperada frase: «Habemus papam».
En su primer discurso público, pronunciado desde el balcón de la majestuosa basílica de San Pedro, el nuevo papa Leo XIV dedicó un mensaje lleno de emoción en español a su «Diócesis de Chiclayo», destacando su conexión y cercanía con la comunidad latinoamericana.
«El mal no prevalecerá. Sin miedo, unido, con la mano de Dios, avancemos», expresó el nuevo pontífice ante una multitud de miles de fieles que se congregaron en la emblemática Plaza de San Pedro.
Prevost, quien fue ordenado sacerdote en 1982 y lideró la orden de los agustinos, mantiene una cercanía ideológica con las reformas promovidas por el Papa Francisco. Esto representa un legado de continuidad en las enseñanzas y la misión de la iglesia.
De hecho, comparte su visión de sinodalidad y la firme lucha contra los abusos dentro de la Iglesia, abogando por un enfoque renovado que ayude a sanar y restaurar la fe de muchos.
Durante sus deliberaciones, los Cardenales discutieron la importancia de dar continuidad a los pilares fundamentales del papado anterior, en un momento en que la Iglesia enfrenta retos importantes.
Ciertamente, debatieron sobre la necesidad de la transparencia en la gestión económica, la promoción de la paz mundial, y el cuidado del medio ambiente como un acto de responsabilidad hacia la creación de Dios.
Leo XIV se convierte en el primer pontífice nacido en el EE.UU, estableciendo un puente significativo entre América Latina y el Vaticano. Su elección representa no solo una victoria personal, sino también una conexión simbólica y espiritual para el pueblo peruano y latinoamericano en general.
Por lo tanto, su elección se interpreta como un legado ya familiar y cercano para Perú, con la esperanza de que su liderazgo inspire un renacer espiritual en un mundo que clama por esperanza y unidad.