


Garfield, The Cat With Boots, Toulouse de -La película de Disney– «Los Aristogatos»: íconos culturales, tal vez; pelirrojos, sin duda.
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Recientemente, un equipo de científicos en dos continentes ha resuelto un enigma fascinante relacionado con el ADN que determina el color del pelaje en nuestros fieles amigos felinos, especialmente en los gatos machos. Este descubrimiento destaca el vínculo entre genética y coloración en los gatos, aclarando algo que muchos amantes de estos animales han notado durante años.
Lo que encontraron los investigadores es que los gatos de color rojo o naranja carecen de una sección específica en su código genético. Esto implica que las células responsables de su piel, ojos y pelaje producen colores más claros debido a esta anomalía. Este avance no solo intrigó a los científicos, sino que además captó la atención de los miles de entusiastas de los gatos que inicialmente apoyaron la investigación con sus donaciones.
Los científicos tienen la esperanza de que al desentrañar este rompecabezas genético, podrán arrojar luz sobre si los gatos con pelaje naranja corren un mayor riesgo de enfrentar ciertos problemas de salud en comparación con otros gatos. Este es un aspecto extremadamente importante que podría influir en el bienestar de nuestras mascotas en el futuro.
Investigación internacional
El interés en descubrir de dónde proviene el color de ciertos gatos, desde Japón hasta Estados Unidos, ha captado la atención de muchos investigadores y aficionados.
Se sabe desde hace décadas que la genética es la responsable del color distintivo en gatos naranjas. Sin embargo, la localización exacta en su ADN había eludido a los científicos hasta ahora. Dos equipos de investigadores, uno de la Universidad de Kyushu en Japón y el otro de la Universidad de Stanford en los Estados Unidos, han logrado revelar este misterio. Sus hallazgos fueron publicados simultáneamente en artículos el mismo día, marcando un avance significativo en el campo de la genética felina.
Los equipos descubrieron que en los melanocitos, las células que se encargan de determinar el color del pelaje y los ojos del gato, el gen ARHGAP36 mostraba una actividad notablemente elevada. Los genes están compuestos por segmentos de ADN que dictan cómo deben funcionar las células de los gatos, al igual que las de otros seres vivos.
Al comparar el ADN de una amplia muestra de gatos con pelajes que variaban del naranja al no naranja, el equipo encontró que los gatos con pelaje rojizo carecían de una sección del ADN en el gen ARHGAP36. Esta ausencia de información genética resulta en un aumento en la actividad del gen, lo que, según los científicos, lleva a la producción de un pigmento de tonalidad más clara.
La mayoría de los hombres
Un gato de pelaje rojo disfrutando de un momento de limpieza en el techo de un coche en una ciudad de Francia.
Durante muchos años, los expertos se han percatado de que la mayoría de los gatos de pelaje completamente rojizo son, en su gran mayoría, machos. Este fenómeno se relaciona con la ubicación del gen en el cromosoma X, lo que plantea un interesante dilema genético. Los cromosomas son segmentos más grandes de ADN, y, en el caso de los mamíferos, los machos tienen un cromosoma X y un Y, que portan diferentes cantidades de genes.
Dado que el gen responsable del color se encuentra en el cromosoma X, basta con que se pierda un fragmento de ADN para que el gato se vuelva completamente pelirrojo. En cambio, las gatas poseen dos cromosomas X, lo que hace necesario que se pierda ADN en ambos para que se vea la misma intensidad de pigmento, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que aparezcan colores mixtos en las hembras.
El profesor Hiroyuki Sasaki, genetista de la Universidad de Kyushu, explica: «Estas variaciones de pelaje rojizo y negro son el resultado de que, durante el desarrollo, un cromosoma X en cada célula se intercambia de forma aleatoria».
Como consecuencia, al dividirse las células, se generan áreas con diferentes genes activos que determinan el color del pelaje, resultando en patrones distintivos en gatos que son una mezcla de varios colores.
Los gatos de colores calicó y carey, con patrones mixtos, poseen una mayor probabilidad de ser hembras.
Curiosidad científica
A pesar de que el estudio se basa en principios científicos sólidos, su inicio fue el resultado de la pasión personal del profesor Sasaki por los gatos. Después de retirarse de su puesto académico, se sentía impulsado a continuar su trabajo en la genética felina, con la esperanza de «contribuir a la superación de las enfermedades que afectan a los felinos».
Con el apoyo de cientos de amantes de los gatos de Japón y otras partes del mundo, él y su equipo recaudaron 10.6 millones de yenes (aproximadamente 73,000 dólares) mediante un campaña de crowdfunding para llevar a cabo el estudio.
Uno de los emocionantes aportes provino de unos niños que escribieron: «Somos hermanos y estamos en primer y tercer grado de primaria. Donamos nuestro dinero de bolsillo. Úselo para investigar a los gatos calicó».
El profesor Sasaki realizó comparaciones entre los gatos calicó y aquellos que no presentan este tipo de coloración utilizando muestras locales y acceso a bases de datos genómicas a nivel internacional.
El gen ARHGAP36 no solo está presente en los gatos, sino que también se activa en diversas áreas del organismo, incluyendo las glándulas cerebrales y hormonales, lo que lo hace relevante para el desarrollo general del cuerpo. Esto sugiere que cualquier mutación en este ADN podría inducir otros cambios biológicos asociados a la salud o temperamento de los felinos.
Esta mutación en el gen ARHGAP36 también ha sido vinculada en humanos con ciertos tipos de cáncer de piel y pérdida de cabello. El profesor Sasaki concluye: «Muchos dueños de gatos se sienten intrigados por la idea de que diferentes colores y patrones de pelaje puedan estar conectados con diferentes personalidades».
Sin embargo, enfatiza que «aún no existe evidencia científica sólida que respalde esta noción, pero es un concepto que despierta gran curiosidad, y me encantaría explorarlo en mayor profundidad».