El banco ha evolucionado significativamente en sus funciones, dejándose llevar más allá de sus tradicionales roles de manejar depósitos y préstamos. En la actualidad, se ha convertido en un actor proactivo en la promoción de la inclusión financiera y la educación económica en la población. Martín Naranjo, quien fue reelegido de manera unánime como presidente del gremio bancario, enfatiza la necesidad de que este sector esté comprometido con los individuos y las comunidades, resaltando por qué es fundamental confiar en su sistema.
En 2024, los depósitos en el banco han aumentado en un 11%, a pesar de ser un año un tanto complicado. ¿Qué está motivando este crecimiento?
Este aumento se debe a la sólida confianza del público en los bancos peruanos. Es importante mencionar que la presencia de los bancos más grandes del mundo se ha establecido en Perú, incluyendo instituciones de Europa, América del Sur, América del Norte y Asia, generando una intensa competencia con la banca local. ¿Qué implica esta competencia? Permite a las entidades competir en el acceso a fuentes globales de capital y liquidez, adoptando las mejores prácticas y experiencias del ámbito internacional. Además, una característica distintiva de nuestro país radica en la rigurosidad de la regulación y la supervisión bancaria. Estos elementos, junto con nuestra estabilidad macroeconómica, contribuyen a un sistema financiero que ofrece una notable sensación de seguridad.
Aparte de estas funciones mediadoras, ¿qué otras iniciativas están llevando a cabo los bancos para satisfacer las necesidades de la población peruana?
La banca está comprometida a ofrecer servicios en múltiples niveles dentro de la comunidad. La inclusión financiera es uno de los pilares centrales. En Perú, la inclusión depende de varias dimensiones, que incluyen la calidad de la información disponible y la infraestructura, junto con las instituciones que la respaldan. Estos aspectos requieren esfuerzos innovadores. En este sentido, el avance de las billeteras digitales y las transacciones en línea es paradigmático. En la actualidad, el número de transferencias digitales ha crecido exponencialmente, multiplicándose entre 50 y 60 veces, y ya contamos con 17 millones de usuarios de billeteras digitales. Esto representa un nivel de inclusión que no se había observado desde hace tiempo y ha abierto nuevas oportunidades.
¿De qué manera?
A través de esfuerzos en educación, ya que una vez que las personas acceden a servicios financieros, es esencial que sepan utilizarlos de manera segura y beneficiosa. Un aspecto clave en esto es la educación sobre ciberseguridad. Es fundamental que los usuarios conozcan cómo protegerse, cómo reaccionar ante robos o intentos de fraude, y cómo mitigar daños potenciales.
Pongamos un ejemplo, ¿cuáles han sido sus acciones en este ámbito?
Contamos con nuestra línea de emergencia 1820. Años atrás, era complicado recordar los números de contacto para bloquear sus tarjetas en caso de robo o pérdida, pero ahora es un proceso sencillo y rápido. Este esfuerzo en seguridad es fundamental, ya que la confianza en los servicios financieros depende de la percepción de seguridad. Actualmente, la línea de emergencia permite bloquear cuentas en menos de 3 minutos, facilitando así el acceso seguro a los servicios bancarios. Todo esto forma parte de nuestra labor para fomentar la inclusión y la educación financiera, y se trata de un compromiso continuo.
¿Qué otros proyectos destacados están en marcha?
En el ámbito de la educación financiera, uno de los proyectos más relevantes es «educación financiera en su escuela». Hasta ahora, hemos llegado a más del 30% de la población estudiantil en zonas urbanas y nuestro objetivo es alcanzar el 100%. Ya hemos iniciado actividades en Cajamarca, Arequipa, Cusco y Lima. Los jóvenes que participan en este programa se sienten más empoderados, comprendiendo la importancia del ahorro y el presupuesto, así como la necesidad de elegir productos financieros adecuados. Muchos de ellos comentan: «Sé lo que tengo que hacer para ir a la universidad». Para alcanzar a estos estudiantes, es crucial comenzar educando a sus maestros, y el programa para docentes incluye entre 200 y 400 horas escolares, además de acompañamiento en el aula.
¿Cómo ha impactado esto en la población?
Las evaluaciones realizadas revelan resultados significativos. Todos nosotros enfrentamos desafíos, y cada producto financiero se convierte en un patrón de seguridad. El uso del crédito, por ejemplo, permite cubrir emergencias, lo que es esencial para gestionar necesidades urgentes. A su vez, la inclusión financiera fortalece la seguridad de las personas, permitiéndoles lidiar con la vida cotidiana y los imprevistos.
¿Qué medidas se están tomando para garantizar la seguridad de los servicios digitales utilizados?
Es imperativo que estemos bien informados y educados sobre el uso de estos servicios digitales. Afirmamos que su uso es considerablemente más seguro que en el pasado. Sin embargo, ahora enfrentamos nuevos desafíos en el ámbito cibernético, que antes no eran preocupantes pero ahora son muy reales. Por ello, los estándares de seguridad son sumamente exigentes, reflejando la regulación y supervisión efectiva a la que están sometidos los bancos, lo que nos brinda mayor confianza.
¿Qué riesgos podrían surgir en el sistema financiero durante un año electoral?
El año electoral presenta una serie de oportunidades y desafíos. Si bien hay factores externos relativos al comercio internacional que podrían complicar las expectativas de crecimiento, también hay una notable presencia de discursos y políticas populistas que requieren una forma más cautelosa de abordar. Por lo tanto, es crucial educarse mejor y actuar de manera reflexiva frente a las iniciativas que podrían ser potencialmente dañinas.
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