Después de una exhaustiva investigación, los agentes de la policía lograron arrestar a Pablo Echeverría, un ciudadano de nacionalidad venezolana, quien es sospechoso de ser el presunto autor del Asesinato del periodista Gastón Medina Sotomayor, un trágico evento ocurrido en la región de ICA.
El Ministerio Público ha comunicado que la búsqueda fue liderada por el fiscal penal supraprovincial con especialización en derechos humanos e interculturalidad, abarcando tanto ICA como Cañete. Gracias a su dirección, se llevó a cabo una operación que culminó con el arresto judicial preliminar del sospechoso en las primeras horas del 16 de mayo, en un área conocida como la Cámara, ubicada en el distrito de Subtanjalla.
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El asesinato del abogado y comunicador Gastón Medina se produjo el 20 de enero, cuando recibió varios disparos en la entrada de su hogar en ICA. Medina, en su labor periodística, había presentado múltiples quejas que abarcaban desde irregularidades en el gobierno regional hasta denuncias sobre el municipio provincial, el poder judicial, así como grupos que extorsionan en el ámbito del transporte colectivo en esa zona.
Las imágenes obtenidas a través de cámaras de seguridad muestran a un individuo montado en una motocicleta de color azul acercándose a la escena del crimen y disparando directamente contra Medina, dejándolo gravemente herido. A pesar de que sus familiares lo trasladaron al Hospital Félix Torrealva de Essalud, el comunicador perdió la vida debido a la gravedad de sus lesiones.
Adicionalmente, uno de los familiares de Medina mencionó que él había estado recibiendo amenazas, y que el periodista poseía en su poder investigaciones sobre extorsiones relacionadas con los colectores que operan en la ruta entre ICA y Lima. Esto sugiere que su labor como periodista puede haber sido un factor determinante en su asesinato.
Cabe destacar que Medina no era ajeno a amenazas previas; durante los meses de julio y septiembre de 2022, mientras residía en el edificio donde estaba ubicado su canal de televisión, sufrió dos incidentes alarmantes. En la primera ocasión, alguien arrojó pintura roja en la fachada del edificio, y en una segunda oportunidad dejó un perro muerto en la entrada del canal, lo que indicaba un contexto de hostigamiento que parecía ir en aumento.
