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El Samsung Galaxy Z Flip7 reivindica el encanto de lo compacto en tiempos de pantallas gigantes | TECNOLOGIA – El boletin Peruano

Tras probarlo durante varias semanas, puedo decir que me ha sorprendido. No es el mejor celular que he tenido entre manos, pero ofrece algo que escasea en el mercado: un formato realmente compacto. En tiempos en que casi todas las marcas apuestan por teléfonos gigantes, este modelo —con sus 8,5 cm de alto y 7,5 cm de ancho cuando está plegado— se siente como un regreso a lo práctico. Cabe en cualquier bolsillo y resulta cómodo de usar, sin renunciar a las prestaciones de un gama alta.

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Lo primero que hay que saber es que el Z Flip 7 pertenece a la séptima generación del modelo Flip de la firma surcoreana, el modelo tipo sapito. La versión de este año amplía la pantalla externa, que ahora no solo es más grande –pasa de 3,4 pulgadas a 4,1–, sino que ocupa casi todo el lado frontal, reduciendo los bordes a su mínima expresión. Los cambios le dan más protagonismo a la pantalla exterior, con la cual podemos acceder a la mayoría aplicaciones instaladas en el teléfono, aunque, eso sí, a veces con ciertas limitaciones.

Samsung Galaxy Z Flip7.

Un plegable que sí usaría

Mi mayor experiencia en plegables ha sido con los Fold, los modelos que se despliegan como si abriésemos un libro. Incluso he probado el modelo de tres pantallas de Huawei, un coloso. Evidentemente, en ellos su mayor atractivo es la pantalla interna, ya que transforma –en menor o mayor medida– una tablet. Pero la verdad es que, en la práctica, la mayor parte del tiempo se utilizan cerrados o plegados.

Hay que tener en cuenta que estos diseños, además de la amplia pantalla interna, cuentan también con una pantalla externa de semejantes proporciones a los teléfonos regulares. El caso es que al andar por la calle, contestar una llamada, responder un WhatsApp o utilizar el Maps, no lo hacemos en la pantalla interna, ésta la usamos cuando estamos cómodos en casa o en algún lugar tranquilo, donde podemos disfrutar mejor el contenido.

Otro gran detalle importante: los modelos plegables son en su mayoría costosos, justamente por la tecnología de sus pantallas, mas no innovan en otras áreas; de tal manera que procesadores, cámaras u otros implementos muchas veces no son los más avanzados.

El Galaxy Z Flip 7 no es un dispositivo económico, si bien es 43 % más barato que su hermano mayor, el Fold, cuesta apenas un poco menos que el Galaxy S25 Ultra, el flagship de la compañía. El gran atractivo es su diseño compacto, por lo que está dirigido al nicho de usuarios que buscan equipos más pequeños y que ofrezcan los beneficios de la gama alta. Los usuarios más tradicionales, priorizarán probablemente las mejores características internas de modelos regulares como el S25 Ultra.

Diseño clásico y pantalla más amplia

Samsung sabe construir teléfonos plegables. Lleva años fabricándolos, así que no se la juega en experimentos que podrían bien funcionar como no hacerlo, es por ello que ha mantenido casi el mismo diseño que la versión del año pasado.

El nuevo modelo posee chasis de aluminio, bordes lisos y, eso sí, es ligeramente más delgado. La bisagra del teléfono, que sirve para plegar y desplegarlo, está muy bien construida. Manipular el teléfono es una tarea bastante sencilla, incluso basta con una mano para abrir y cerrarlo.

Bisagra del pleagable.

Estamos ante un teléfono alargado que ha acortado la relación aspecto, pasando de 22:9 a 21:9. De lado izquierdo aloja los botones de volumen y encendido, este último además funciona como sensor de huella (y funciona bastante bien).

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La pantalla externa ocupa casi todo el frontal y podemos usarla para contestar mensajes, responder llamadas o hacer gestiones rápidas; pero también para abrir las distintas aplicaciones instaladas, aunque esto último tiene su trampa. A diferencia de modelos de otras marcas, Samsung limita el número de aplicaciones que pueden usarse por defecto en el panel frontal, pero siempre existe la posibilidad de activar MultiStar y Goodlock para instalar más apps.

Otro detalle: no todas las apps se adaptan al formato de la pantalla pequeña, pero en casi todos los casos se ven bien, hasta he podido correr ‘Call of Duty’, aunque solo como prueba porque en ese caso tiene todo el sentido del mundo desplegar el celular. Pero acceder rápidamente desde la pantalla pequeña a WhatsApp, Google Maps o hasta Instagram, apps que usamos con frecuencia, es una gran ventaja.

El panel externo, de 4,1 pulgadas, posee tecnología Super Amoled, resolución de 1048 x 948 píxeles, tasa de refresco de 60 a 120 Hz y un brillo máximo de 2.600 nits. Calidad suficiente para ver contenido. Los videos de YouTube, por ejemplo, se disfrutan bien. En momentos en los que vamos de paso, como en el tren o el bus, y no queremos desplegar la pantalla, cae a pelo.

En cuanto a la pantalla interna, es Dynamic Amoled 2X, tiene una diagonal de 6,9 pulgadas con resolución FullHD+ (2520 x 1080 píxeles), tasa de refresco adaptativa de 1 hasta 120 Hz y 2.600 nits de brillo máximo. No hay mayores novedades con respecto al modelo del año pasado, de hecho, quitando el formato 21:9, es prácticamente idéntico. Si hablamos de calidad, el panel tiene una buena calibración de colores y nitidez.

La hendidura que deja en la pantalla el trazo horizontal de la bisagra se nota, aunque no tanto como en modelos anteriores –la compañía ha mejorado mucho ese detalle–. Sin embargo, como de costumbre, con el tiempo el ojo se acostumbra y el detalle pasa a ser imperceptible.

Rendimiento correcto

Samsung ha decidido equipar el Flip 7 con su procesador Exynos 2500, acompañado de un sistema de 12 GB de memoria RAM LPPDR5x y hasta 512 GB de almacenamiento y hasta 512 GB de almacenamiento UFS 4.0. No es el procesador más potente del mercado, pero es una pieza pensada para celulares de gama alta, por lo que va a correr la mayoría de aplicaciones que se utilicen con fluidez.

En el día a día no va a haber problema. Navegar por redes, ver streaming, usar WhatsApp o Google va a ir con soltura. Donde sí veremos una caída del rendimiento es en videojuegos que consuman demasiados recursos del sistema, como ‘Genshin Impact’ o ‘Call of Duty’. No es que no se puedan jugar, recordemos, hablamos de un gama alta. Pero el rendimiento será menos potente que con, por ejemplo, el chip del S25 Ultra. ¿Cómo lo percibiremos? Por ejemplo, al jugar por largo rato, el teléfono se recalentará más de lo habitual, algo que la gestión de otro procesador más avanzado gestionaría mejor.

Hablemos ahora del software. Samsung ha equipado su plegable con One UI 8 y una base de Android 16. Tiene varias funciones interesantes como las herramientas de inteligencia artificial —para eso trabaja de la mano de Google— enfocadas en edición y productividad. Agrupadas en Galaxy AI, entre las más destacadas están las traducciones de llamadas de voz, la transcripción automática de grabaciones y la edición generativa de imágenes y, como novedad, la eliminación del ruido de fondo de los videos.

Otra característica muy importante por resaltar es que Samsung promete siete años de actualizaciones mayores –es decir, hasta Android 23 (en teoría)– y que, al fin, es compatible con Samsung DeX, para convertir el teléfono en una experiencia similar a la de una computadora, permitiendo usar aplicaciones, trabajar en documentos y ver contenido multimedia en una pantalla externa grande como un monitor o TV.

La pantalla interna, es Dynamic Amoled 2X, tiene una diagonal de 6,9 pulgadas con resolución FullHD+.

Samsung también ha sabido aprovechar el formato plegable con funciones específicas del modo FlexWindow. Aplicaciones como YouTube, la cámara o la galería se ajustan automáticamente al doblar el dispositivo, permitiendo acceder a controles adicionales o usar el teléfono como un trípode improvisado. No es una innovación radical, pero sí una característica práctica en determinados momentos.

Y en cuanto a la autonomía, Samsung ha logrado aumentar la batería del Galaxy Z Flip7 de 4.000 a 4.300 mAh sin comprometer el grosor del dispositivo. Su autonomía es correcta: ofrece unas seis horas y media de pantalla activa y puede alcanzar el segundo día con uso moderado. Sin embargo, el punto débil sigue siendo la carga. Mantiene la potencia de 25W por cable del modelo anterior, lo que implica más de hora y media para una carga completa. Frente a la competencia, esta velocidad resulta insuficiente y es uno de los aspectos que Samsung debería mejorar en futuras versiones.

Cámaras: lo bueno y no tan bueno

Foto con la cámara gran angular y con la cámara principal.

Zoom digital X2, X5 y X10.

Foto con gran angular.

Fotos nocturnas.

Fotos retrato con la cámara principal.

El apartado fotográfico nunca ha sido el punto fuerte de los teléfonos plegables. Y el Flip 7 no es la excepción. No encontramos un equipo que destaque precisamente por su módulo fotográfico, lo que no significa que sea malo ni mucho menos. Nuevamente, hablamos de un gama alta, evidentemente, es un equipo que ofrece calidad fotográfica e incluso puede tener ciertas ventajas sobre los modelos convencionales, como usar la cámara principal para tomar selfies.

Aunque vale destacar que, en líneas generales, los sensores fotográficos son exactamente los mismos que los del año pasado, por lo que el resultado final va a depender más del procesado que hace el Exynos 2500.

Encontramos una cámara principal de 50 megapíxeles con apertura f/1.8, Dual Pixel AF, OIS y zoom digital de dos aumentos; un gran angular de 12 megapíxeles, apertura f/2.2 , AF y campo de visión de 123º; y, finalmente, una cámara interna de 10 megapíxeles, apertura f/2.2, AF y campo de visión de 85º.

¿En qué se traduce todo esto? La cámara principal se comporta bastante bien, con un buen rango dinámico, la luz está bien trabajada, la nitidez es buena y los colores se respetan, es decir, no hay saturación de tonalidades verdes o rojas.

Las fotos por defecto se disparan a 12 megapíxeles, pero es posible configurarlas a 50 megapíxeles para una mayor resolución. Esto es útil, sobre todo para trabajos de edición si es que se va a imprimir, de tal manera que los detalles se aprecien con nitidez. Si es para subir a Instagram, 12 megapíxeles son más que suficiente.

El zoom de la cámara es digital, utiliza el sensor principal para acortar la imagen. Al trabajar con dos aumentos (2X) lo hace muy apropiadamente, mantiene la buena distribución de la luz, el buen manejo de colores y la nitidez. Más allá de ese aumento, la calidad de las imágenes decae, comienza a distorsionarse, se nota un excesivo procesado y se aprecia ese molesto efecto de acuarela.

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El otro sensor del teléfono es el gran angular, una pieza que para ser justo hay que decir que nunca ha sido el punto fuerte de los celulares. El gran angular permite un campo de visión más amplio y se usa para capturar paisajes, arquitectura o un grupo y que todos quepan en la toma. El detalle es que la calidad visual no suele ser la mejor, y la imagen tiende a distorsionarse. En el caso del Flip de Samsung, la calibración de colores se mantiene correcta, en cambio la nitidez mella.

Hay una tercera cámara en el interior, la que se usa para selfies. En líneas generales está bien construida, tiene buenos colores, buen HDR, buen manejo de la iluminación. Sin embargo, también está la opción de usar la cámara principal para tomarse un selfie y usar la pantalla externa para vernos en ella. Evidentemente, si hay que elegir entre las dos, la principal lleva la ventaja. En este caso, no solo ganamos nitidez, sino también un extra de versatilidad gracias al gran angular.

Para muchos creadores de contenido puede ser un alivio utilizar la cámara principal para grabar contenido sin necesidad de adquirir algún accesorio extra, como un trípode.

Grabarse con la cámara principal y verse en la pantalla exterior puede ser muy práctico.

En este modo, además, se pueden controlar las tomas con gestos de la mano. Asimismo, cabe señalar que las fotos tomadas con la cámara plegada pueden tomarse en 4:3 o 16:9 si así lo configuramos. Por defecto viene en formato Full 1:1, pero se puede configurar en horizontal o vertical sin ningún problema.

El video del Galaxy Z Flip7 en general es bueno, aunque presenta problemas con el HDR: la imagen luce un tanto artificial, con luces quemadas si no hay buena iluminación y sombras cuando hay mucho contraste. En ambientes más iluminados mejora, pero persiste un brillo un poco irreal, por lo que conviene desactivar el HDR. La estabilización es correcta, aunque inferior a la de modelos como el Galaxy S25 Ultra, y la nitidez resulta mejorable.

De noche, el rendimiento cae aún más: hay mucho ruido, tonos fríos con dominante verde y movimientos bruscos en el video por la escasa luz.

¿Vale la pena adquirir el Galaxy Z Flip7?

El Galaxy Z Flip7 es, sin duda, uno de los teléfonos más encantadores del mercado actual. Su principal virtud es el formato compacto: cabe en cualquier bolsillo y resulta muy cómodo de usar, algo que hoy parece casi un lujo. Además, la posibilidad de grabarse o tomarse selfies con la cámara principal mientras se visualiza la imagen en la pantalla externa es una delicia para quienes crean contenido o simplemente disfrutan capturar momentos con estilo. Esa misma pantalla frontal, más grande y útil que nunca, es la que le da su verdadera magia: convierte cada interacción en una experiencia diferente, más espontánea y visual.

Sin embargo, hay que poner las cosas en perspectiva. El Flip7 cuesta S/ 4.999, un precio alto si se considera que no alcanza el nivel fotográfico ni el rendimiento del Galaxy S25 Ultra, que vale solo un poco más. Es un teléfono que enamora por diseño y por concepto, pero no está pensado para quienes buscan la máxima potencia o la mejor cámara. En cambio, es un dispositivo para quienes valoran la originalidad, el formato compacto y la experiencia de uso por encima de los números técnicos. Un plegable que no busca imponerse, sino conquistar.