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La economía crecerá impulsada por la IA, pero el empleo no: la generación Z será la más afectada | TECNOLOGÍA – El boletin Peruano

Los científicos han logrado que los ratones desarrollen rasgos similares a los de neandertales y denisovanos al presentarles una versión antigua de un gen humano. El experimento, publicado en la revista busca comprender cómo pequeñas variaciones genéticas dieron forma a la evolución de nuestros antepasados.

El estudio se centró en el gen. GLI3clave durante el desarrollo embrionario. Este gen regula la formación del cráneo, las vértebras y las extremidades. En el ser humano moderno, una alteración puede provocar deformidades como la polidactilia (más dedos de lo normal). Sin embargo, los neandertales y los denisovanos tenían una versión ligeramente diferentelo que despertó la curiosidad científica.

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Para investigar, los expertos utilizaron la herramienta de edición genética. CRISPRque permite modificar fragmentos de ADN específicos. Insertaron la versión ancestral del gen GLI3 en ratones y observaron los resultados durante su desarrollo.

Los animales modificados presentados cambios físicos notables: cráneos más grandes, vértebras distintas y costillas torcidas, características similares a los observados en fósiles de homínidos antiguos. Algunos incluso desarrollaron asimetrías torácicas relacionadas con la escoliosis, una condición detectada en restos de neandertales.

Por el contrario, los ratones en los que el gen estaba dañado mostraron deformidades graveslo que confirmó la importancia de GLI3 en la formación del cuerpo. La versión ancestral no interrumpió el crecimiento, pero sí alteró la forma, lo que sugiere que ayudó a crear esqueletos más robustos y adaptados a condiciones extremas.

Según los investigadores, estas variaciones podrían haber supuesto una ventaja evolutiva. Un cuerpo más fuerte y resistente habría facilitado la supervivencia en ambientes fríos y exigentes, como los habitados por los neandertales.

Estas características están relacionadas con su forma de vida.«, explican los autores.»La versión arcaica del gen puede haber ofrecido beneficios adaptativos que hoy ya no son necesarios”.

El hallazgo demuestra cómo un solo gen puede influir profundamente en la anatomía. También refuerza la idea de que la genética de los neandertales y los denisovanos sigue ayudando a comprender la historia evolutiva de la humanidad.