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La exposición a la contaminación aumenta el riesgo de demencia, de acuerdo con el metaanálisis de 27 millones de personas | TECNOLOGÍA – El boletin Peruano

Un metacanálisis con datos de casi 27 millones de personas ha revelado el papel desempeñado por el Contaminación atmosférica -Incluid lo apropiado de las emisiones de las tuberías de escape de los autos, en el aumento del riesgo de demencia.

MIRAR: San Borja tiene un alto nivel de aire contaminado a pesar de su gran cantidad de áreas verdes: ¿por qué sucede esto?

Los detalles se publican en La salud planetaria de LancetEn un artículo dirigido por científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Recientemente, la contaminación del aire se ha identificado como un factor de riesgo para la demencia y varios estudios apuntan a una serie de contaminantes como responsables. Sin embargo, la solidez de la evidencia y la capacidad de determinar un efecto causal han sido variables, recuerda una nota universitaria.

En esta nueva investigación, el equipo de Cambridge ha llevado a cabo una revisión sistemática y un metaanálisis de la literatura científica existente para examinar a fondo esta relación.

Después de analizar 51 estudios, finalmente se incluyeron 32, casi la mitad de ellos de América del Norte, luego Europa, Asia y Oceanía, explica el artículo. Se encontró una asociación positiva y «estadísticamente significativa» entre tres tipos de contaminantes del aire y demencia.

Una de ellas son partículas suspendidas con un diámetro de 2.5 micras o menos (PM2,5), un contaminante compuesto por partículas tan pequeñas que pueden inhalarse profundamente en los pulmones.

Estos provienen de varias fuentes, como emisiones de vehículos, centrales eléctricas, procesos industriales o polvo de construcción. Las partículas pueden permanecer en el aire durante mucho tiempo y moverse a una gran distancia del lugar donde ocurrieron.

Otro es el dióxido de nitrógeno (NO2), uno de los principales contaminantes que se generan quemando combustibles fósiles. Se encuentra en los gases de escape de los vehículos, especialmente el diesel, y en las emisiones industriales, así como en las de las estufas de gas y los calentadores.

La exposición a altas concentraciones puede irritar el sistema respiratorio, empeorar y causar afecciones como el asma y reducir la función pulmonar.

El hollín, de fuentes como las emisiones de las tuberías de escape de los vehículos y la quema de madera es otro de los contaminantes analizados.

Según los investigadores, por cada 10 microgramos por metro cúbico (μg/m³) de PM2.5, el riesgo relativo de demencia de una persona aumentaría en un 17 %. La medición promedio de PM2.5 en las carreteras del centro de Londres en 2023 fue de 10 μg/m³.

Por cada 10 μg/m³ de NO2, el riesgo relativo aumentó en un 3 %. La medición promedio de este contaminante en las carreteras del centro de Londres en 2023 fue de 33 µg/m³.

Por cada 1 μg/m³ de hollín presente en PM2.5, el riesgo relativo aumentó en un 13 %. En todo el Reino Unido, las concentraciones promedio anuales de hollin medidas en ciertos puntos en las carreteras en 2023 fueron 0.93 μg/m³ en Londres; 1.51 μg/m³ en Birmingham; y 0.65 μg/m³ en Glasgow, los investigadores señalan como un ejemplo.

«Nuestro trabajo proporciona más evidencia que respalda la observación de que la exposición prolongada a la contaminación del aire externa es un factor de riesgo para la aparición de demencia en adultos que anteriormente disfrutaron de buena salud», concluye Haneen Khreis.

Se han propuesto varios mecanismos para explicar cómo la contaminación del aire puede causar demencia, principalmente la inflamación del cerebro y el estrés oxidativo (un proceso químico del organismo que puede causar daño a las células, proteínas y ADN).

Una de las limitaciones de esta investigación es que la mayoría de las personas incluidas en los estudios eran blancas y vivían en países de altos ingresos.A pesar del hecho de que los grupos marginados tienden a estar más expuestos a la contaminación del aire.

Los autores recuerdan que se estima que las demencias, como el Alzheimer, afectan a más de 57.4 millones de personas en todo el mundo, una cifra que se espera que casi se triplique hasta llegar a 152.8 millones de casos para 2050. El impacto en las personas, las familias, los cuidadores y la sociedad en general es inmenso.