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Luis Alva murió, figura emblemática de la letra peruana

La cultura peruana se encuentra nuevamente de luto, marcando una pérdida significativa para el ámbito musical y artístico del país. El tenor Luis Ernesto Alva Talledo, conocido a nivel internacional simplemente como Luis Alva o Luigi Alva, falleció en su hogar en Italia a la avanzada edad de 98 años. En sus últimos momentos, estuvo acompañado por su esposa Ana María Zanetti, quien ha sido su compañera incondicional a lo largo de su vida.

La triste noticia fue confirmada a través de las redes sociales del Rossini Opera Festival, una plataforma artística que ha valorado y promovido su legado. Luis Alva nació en la ciudad de Piura en 1927, y sus inicios no fueron en el mundo del arte, sino como Kadet de la Marina, una experiencia que, aunque alejada del canto, quizás le proporcionó disciplina y determinación. Sin embargo, su inmenso talento vocal no pudo permanecer oculto, y pronto decidió dedicarse por completo a la música, donde finalmente brilló con luz propia.

La partida de Luis Alva ha conmocionado no solo a sus seres queridos, sino también a diversas instituciones culturales, como el Ministerio de Cultura de Perú y la Universidad Nacional de San Marcos, las cuales han expresado sus sinceras condolencias. Además, amigos y colegas de diferentes partes del mundo, incluidos reconocidos artistas italianos y peruanos, se han unido a este reconocimiento, subrayando la importancia de Alva como una figura emblemática en la historia de la lírica. El tenor peruano Juan Diego Flórez, quien ha sido influenciado por el legado de Alva, también se sumó a las expresiones de pesar por su pérdida.

El descubrimiento del talento vocal de Luis Alva se atribuye a la famosa musicóloga Rosa Mercedes Ayarza de Morales, quien no solo reconoció su capacidad, sino que lo integró en su negocio musical. Este fue el primer paso en una carrera que lo catapultaría desde las radios locales hasta los grandes escenarios internacionales. La dedicación y el esfuerzo de Alva facilitaron su progresión rápida en su carrera, marcando un camino espectacular en la ópera y la música clásica.

En el año 1953, Alva tomó una decisión importante y se trasladó a Milán, Italia, con el objetivo de continuar perfeccionando su técnica y habilidades vocales. Este movimiento resultó crucial, ya que solo tres años más tarde, tuvo la oportunidad de debutar en el famoso teatro La Scala. En esta emblemática venue, interpretó el papel del Conde Almaviva en ‘Las bodas de Fígaro’ de Mozart, cautivando al exigente público europeo. Su actuación fue un gran éxito y cimentó su reputación como uno de los tenores más destacados de su generación.

Además de su brillante carrera como tenor, Luis Alva también se destacó como un embajador cultural de Perú. En el año 1995, jugó un papel fundamental en la organización de la única presentación en Perú del reconocido tenor Luciano Pavarotti. Este histórico concierto se llevó a cabo en el Hipódromo de Monterrico, donde miles de aficionados a la música se congregaron para presenciar un evento que se convertiría en un recuerdo imborrable en la historia musical del país. El impacto de Luis Alva en la música y la cultura peruana perdurará, y su legado vivirá en los corazones de todos aquellos que lo admiraron y se dejaron inspirar por su arte.