El cardenal Robert Prevost Martínez, de nacionalidad peruana y estadounidense, ha sido elegido recientemente como el nuevo papa Leo XIV. Su conexión con el Perú es profunda, especialmente considerando que ha dedicado más de 40 años de su vida al trabajo eclesiástico en este país andino, donde ha dejado una marca imborrable a través de su labor pastoral.
La elección de Prevost representa no solo un hito para la comunidad católica, sino también para Perú, colocándolo en una posición de relevancia ante el mundo. En este contexto, el comercio invita a todos a compartir fotos o videos que tengan con el nuevo pontífice durante su tiempo en Perú, fomentando así un sentido de comunidad y celebración en torno a este acontecimiento significativo.
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En su primera aparición pública como Papa, en su primer mensaje Urbi et orbi desde la Plaza de San Pedro, el nuevo pontífice no olvidó saludar a su amado país, Perú. Hizo una mención especial a la ciudad de Chiclayo, donde cumplió el rol de Arzobispo emérito, recordando así sus raíces y su conexión con las comunidades a las que sirvió con dedicación.
“Y si me permiten saludar a todos aquellos, en particular, a mi querida diócesis de Chiclayo, en Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para continuar siendo una iglesia fiel de Jesucristo”, expresó el pontífice, un hombre de 69 años cuya voz resonó con gratitud y amor por su diócesis.
Nuevo Papa cuando era obispo de Chiclayo. Foto: archivo GEC
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Sus lazos con Perú
Aunque Leo XIV nació en Chicago, su vida tomó un rumbo diferente en 1985 cuando se unió a la misión agustiniana de Chulucanas, en el norte del Perú. Apenas tres años después, en 1988, se trasladó a Trujillo para dirigir un importante proyecto de formación eclesiástica, solidificando así su rol como líder en la iglesia local.
En el año 2014, el Papa Francisco lo designó como el administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, un cargo de gran responsabilidad que Prevost asumió con dedicación. Recibió la consagración como obispo en septiembre de 2015, coincidiendo además con su nacionalización como ciudadano peruano ese mismo año, marcando un hito en su vida personal y profesional.
Ya en 2018, Prevost fue elegido como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, cargo que ocupó durante el período 2018–2023. En 2020, su compromiso con la Iglesia lo condujo a ser nombrado administrador apostólico en la diócesis de Callao, hasta que fue llamado para servir en la cercanía del Vaticano, llevando consigo toda la sabiduría y la experiencia acumuladas a lo largo de sus años en Perú.
