
En una intensa participación en el programa El valor de la verdad, Patricio Suárez Vértiz compartió sus sentimientos sobre su hermano Pedro, a quien describió como un verdadero genio. No era la fama la que le generaba envidia, sino el talento innato de Pedro, especialmente su habilidad para componer música de manera rápida y precisa. Patricio resaltó que el don de su hermano para la música era algo que él siempre había admirado profundamente.
Durante su intervención, Patricio no escatimó en elogios hacia Pedro. Subrayó su alegría al ver el éxito que había logrado y destacó que, mientras Pedro interpretaba el bajo, también había asumido el papel de compositor principal. Esta implicación creativa para él era natural, manifestando una conexión genuina con su arte. Patricio con un toque de humor refirió que, con la habilidad que tenía Pedro, era como si él hubiera tomado el lugar de un emperador en su reino musical: «Para César qué es el emperador», expresó.
Al final de su declaración, Patricio realizó una comparación significativa entre sus trayectorias. Mientras Pedro se dedicaba a la noble tarea de crear música, Patricio admitió que en su juventud sus prioridades estaban más enfocadas en la búsqueda de dinero y en conquistar a mujeres. Esta reflexión dejó entrever no solo la admiración, sino también el reconocimiento de sus diferencias como artistas y personas, y la evolución que ambos habían experimentado en sus vidas.