La verificación de la identidad de Internet generalmente implica sacrificar la privacidad. ¿Cómo verificar que alguien es «una persona real» sin entregar datos confidenciales? Esa es la pregunta que intentas resolver MundoLa red de identidad digital promovida por Sam Altman (OpenAi) y Alex Blania, y eso acaba de aterrizar en América Latina por la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) en Lima.
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La universidad se convierte en la primera institución de la región en operar un nodo informático multipartito anónimo (AMPC), una pieza de software que permite validar la identidad sin ahorrar información personal. En otras palabras: un sistema que asegura que cada usuario tenga una identificación mundial única sin exponer sus datos.
Un nodo AMPC funciona como un «cuadro negro matemático»: varias partes pueden combinar información y obtener un resultado común, pero nadie ve los datos de otros. Esta tecnología es central en el mundo.
Un paso clave en tiempos de IA y Deepfakes
El anuncio llega en un momento en que la identidad digital es más vulnerable que nunca. El surgimiento de la inteligencia artificial ha multiplicado los casos de fraude, suplantación de identidad y creación de perfiles falsos. Con los nodos AMPC, la verificación se lleva a cabo de manera descentralizada y sin ninguna entidad concentrando información confidencial, lo que reduce los riesgos de fugas y abusos.
«Queremos que América Latina tenga un papel clave en la construcción de un futuro digital más privado y descentralizado», dijo Martín Mazza, de Tools for Humanity, la compañía que impulsa la expansión de la red.
Desde Silicon Valley hasta Lima
El mundo ya trabaja con universidades de élite como UC Berkeley en los Estados Unidos, Fau en Alemania y Kaist en Corea del Sur. Con el UTEC, Perú se une a esa lista y abre la puerta para que los investigadores y estudiantes locales trabajen con una de las tecnologías más avanzadas en criptografía aplicada.
El acuerdo con el mundo no sigue siendo técnico. La idea es que de la incubadora de innovación de la universidad Mini aplicaciones y proyectos que prueban cómo esta infraestructura puede usarse para resolver problemas reales en la región: desde aplicaciones de autenticación seguras hasta servicios digitales más inclusivos en salud, educación o servicios públicos.
Con este paso, Lima ingresa al mapa global de la infraestructura de confianza digital, una tierra donde la privacidad ya no es un lujo, sino un requisito para la vida en línea. Para América Latina, también representa una oportunidad para posicionarse como creador, y no solo consumidor, de tecnologías que definirán la próxima década.