Solo el 15% de los empresarios que intentan formalizar. Javier Bereche, presidente de Caja Piura, describe en detalle cómo la entidad está dedicada al cambio en estas estadísticas y por qué planea liderar un marco durante solo un año.
¿Cuál es la estrategia utilizada por Caja Piura para el crecimiento?
El primer paso que dimos fue realizar un análisis exhaustivo del mercado. En el Perú, el 100% de las empresas que operan son, en su gran mayoría, microempresas, que representan el sector al que nos dirigimos. De ese total, el 95% son informales, lo que implica que no pagan impuestos, no están sometidas a regulaciones y, en general, no tienen relación con el aparato estatal. También analizamos que, de las empresas informales, un 41% expresa la intención de formalizarse. Sin embargo, sorprendentemente, de esa cifra, solo el 15% logra efectivamente permanecer en la formalización.
¿Por qué ocurre este fenómeno?
Identificamos tres razones principales que explican esta situación. En primer lugar, está el costo de la formalización. Para operar formalmente, las empresas deben cumplir con una variedad de regulaciones, como las relativas a la seguridad y salud en el trabajo, y esto no es gratuito. Estimamos que la formalización puede consumir hasta el 20% de las utilidades anuales y, sumando los costos de mantenimiento, estos pueden llegar a incrementar entre un 30% y un 40% de las ganancias mensuales, dependiendo del sector. La segunda razón es el tiempo que conlleva el proceso de formalización, que puede durar hasta dos meses. Y, finalmente, la tercera razón se relaciona con la presión regulatoria, ya que una vez que se formalizan, muchas veces enfrentan una vigilancia rigurosa, lo que puede resultar en sanciones económicas significativas.
Frente a esta realidad, ¿qué estrategia implementó Caja Piura?
En respuesta a estos desafíos, diseñamos una estrategia enfocada en facilitar el proceso de formalización. Hemos comprobado que aquellas empresas que acceden a un préstamo logran formalizarse con mayor facilidad y, posteriormente, experimentan un crecimiento tanto en ventas como en ganancias. De hecho, los datos muestran que incluso cubren los costos asociados a la formalidad y obtienen beneficios mayores que si permanecieran en la informalidad. Conscientes de que muchos empresarios no están informados sobre los pasos necesarios para formalizarse, decidimos ofrecer asistencia adicional, como la creación de libros de contabilidad y apoyo con los trámites necesarios. También implementamos educación financiera, lo que nos permitió ayudar a que más empresas llegaran a formalizarse.
¿Qué otras acciones han demostrado ser efectivas?
Consideramos que es crucial adaptarnos a la realidad peruana post-Covid-19. Observamos cambios en las necesidades de los consumidores, quienes ya no utilizan las tarjetas de crédito como lo hacían antes. Por esta razón, introdujimos productos financieros como «El Goteo», que permite préstamos de montos entre S/ 500 y S/ 1,000, sin preocuparse por plazos extensos. De esta manera, hemos logrado generar S/ 150 millones en tan solo dos meses.
¿Hablamos en promedio de más de 200 mil microcréditos?
Sí, ciertamente. Esto es un claro indicador de que estamos innovando en nuestros productos. Y no me refiero únicamente a la innovación tecnológica, sino a que hemos entendido lo que realmente necesitan los peruanos y les estamos ofreciendo soluciones asequibles. Esto fue evidente entre noviembre y diciembre de años pasados.
¿Cuáles son los resultados de esta estrategia en el primer año?
Desde que implementamos esta nueva estrategia, hemos ampliado nuestra oferta de productos, facilitando préstamos para diversos sectores, incluyendo iniciativas en la Amazonía y apoyos específicos para mujeres empresarias que encaran situaciones vulnerables. Hemos adaptado nuestros préstamos para que no sean solo un recurso de consumo, sino también un capital de trabajo accesible, moderno y práctico.
¿Y cómo están trabajando con aquellos que carecen de infraestructura adecuada?
También hemos prestado atención a este aspecto. Conscientes de que existen áreas rurales donde la presencia física de nuestras agencias es limitada, hemos implementado oficinas móviles. Nuestra idea es llevar los servicios financieros directamente a estas personas, eliminando las barreras que impide su acceso. Además, hemos desarrollado tecnología que permite operar en contextos sin conexión a Internet, utilizando nuestras herramientas digitales para identificar clientes potenciales incluso en lugares remotos.
¿Está claro que la innovación de productos es fundamental en su estrategia?
Así es. Mantenemos un enfoque en la eficiencia de costos y en la innovación de nuestros productos. A lo largo del primer trimestre, experimentamos un aumento significativo en nuestras utilidades comparando con el mismo período del año anterior, lo que semeja nuestro esfuerzo en comprender mejor a nuestros clientes y sus necesidades.
¿Qué expectativas tienen respecto al crecimiento en la cantidad de clientes?
Después de absorber a Sullana, comenzamos con 2.6 millones de clientes. En estos cuatro meses, hemos logrado aumentar esta cifra a aproximadamente 2.8 millones, y la tendencia sigue en alza. Estoy convencido de que, si seguimos en este camino, pronto diremos que hemos alcanzado los 3 millones de clientes, lo que nos mantendría como una de las principales entidades del sector en Perú.
¿Ya ha pasado un año desde que asumió como presidente?
No, estoy en Caja Piura desde septiembre de 2022. He planificado permanecer aquí un año hasta el 20 de septiembre de 2023, con el objetivo de cumplir con ciertas metas específicas que me he trazado.
¿Cuáles son esos objetivos que se ha planteado como presidente de Caja Piura?
Uno de los primeros es integrar completamente la operación que adquirimos en Sullana. Esta es una tarea importante, pero necesaria, y creo que podemos finalizarla entre mayo y junio de este año. Luego, me enfocaré en reestructurar los pasivos financieros, dado que la caja actualmente tiene una deuda manejable. Finalmente, estoy comprometido a fortalecer la infraestructura de la entidad, especialmente dado el inminente cumplimiento de Basilea III, que exigirá un mayor respaldo patrimonial.
¿Y hay otros objetivos a mediano plazo?
Sí, mi última misión es asegurar que este año Caja Piura alcance sus mejores utilidades. La base de nuestra estrategia es la innovación y la eficiencia, que nos permitirá no solo generar ganancias, sino también ofrecer un crecimiento sostenible.
Con todos estos objetivos, ¿por qué decide quedarse solo un año?
Esta decisión me ha llevado por caminos profesionales y empresariales diferentes, aunque mi amor por Piura y Caja Piura es innegable. Este compromiso ha sido un reto que me propuse a mí mismo y estoy seguro de que marcaremos la diferencia en el próximo año.
¿Y planean abrir más agencias próximamente?
Definitivamente. Con la adquisición de Sullana, hemos sumado cerca de 500 trabajadores y tenemos nuevos locales que nos ayudarán a aumentar nuestra presencia. Esto es crucial para poder ofrecer servicios de manera efectiva y adaptada a las necesidades regionales.
¿Podría darme un ejemplo de cómo planean ofrecer productos diferentes en diversas agencias?
Por supuesto. Aumentaremos la cantidad de coleccionistas ayudando a depositar dinero en áreas donde mucha gente necesita múltiples servicios. Sin embargo, en áreas como Santa Anita o el mercado central, donde hay un movimiento elevado de capital, nos enfocaremos en ofrecer más capital de trabajo. Por otro lado, estamos introduciendo nuevos proyectos de vivienda social en colaboración con el gobierno, lo que requiere un enfoque focalizado en ciertas áreas con proyectos inmobiliarios en desarrollo.
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