Robert Francis Prevost ha sido sorprendentemente elegido como el nuevo líder de la Iglesia Católica bajo el nombre de Leo XIV. Su elección lo convierte en el primer estadounidense (y también peruano) en ocupar el trono de San Pedro. Este acontecimiento plantea preguntas importantes: ¿quién es el Papa? ¿Cuáles son sus creencias? ¿Qué piensa sobre temas controversiales? Y, quizás lo más intrigante de todo, ¿cuál es su equipo de fútbol favorito?
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En la era moderna, las respuestas a estas preguntas pueden encontrarse en su notable presencia en las redes sociales. Es fundamental analizar su trayectoria pública a fondo.
Durante su vida anterior, el nuevo Papa mantuvo una actividad social activa a través de su cuenta en X (anteriormente conocida como Twitter) @drprevot. En dicha plataforma, solía publicar y retuitear mensajes de Papa Francisco y de medios de comunicación católicos, ofreciendo así una visión clara sobre los intereses que fueron motor de su apostolado. A través de sus publicaciones, se evidenció su gran preocupación ante acontecimientos trágicos, como la muerte de George Floyd a manos de la policía, así como su oposición contundente a problemáticas como la pena de muerte y el maltrato de los migrantes, con críticas directas a la administración de Donald Trump.
Por ejemplo, en un notable mensaje, él declaró: “JD Vance está mal: Jesús no nos pide que jerarquicemos nuestro amor por los demás«, refiriéndose al actual vicepresidente de los Estados Unidos.
Este tipo de mensajes críticos no fueron únicos; el 14 de abril, él retuiteó un mensaje del obispo salvadoreño Evelio Menjivar-Ayala, quien cuestionó los acuerdos entre Trump y el presidente salvadoreño Nayib Bukele, relativos a la deportación de indocumentados desde Estados Unidos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
Desde junio de 2018, el nuevo Papa mostró una postura crítica, retuiteando declaraciones de su colega, el Cardenal Cupich, quien declaró que «no había nada remotamente cristiano, estadounidense o moralmente defendible de una política que separa a niños de sus padres y los mantiene en jaulas. Eso que se está haciendo en nuestro nombre es una vergüenza para todos nosotros».
Los mensajes compartidos por Leo XIV también ofrecen una ventana hacia sus opiniones sobre cuestiones delicadas, como el aborto. Por ejemplo, el 28 de diciembre de 2017, compartió un mensaje del Papa Francisco que exhortaba a «orar por todos los niños a quienes se les niega el derecho a nacer». También compartió contenido que abordaba la ideología de género, resaltando que en Paraguay, el gobierno rechazó dicha ideología, afirmando que la familia está compuesta por papá, mamá e hijos, así como comentarios de Miguel Cabrejos, el arzobispo de Trujillo, donde se destacaba que esta ideología «deforma al hombre y a la mujer».
Otras de sus publicaciones fueron más generales, como las que enfatizaban la importancia de mantener el distanciamiento social durante la pandemia de coronavirus, mensajes acerca de la visita del Papa Francisco a Perú a mediados de 2017, o sencillamente imágenes que celebraban reuniones con jóvenes cristianos en Chiclayo.
Preocupación por el medio ambiente
Una de las preocupaciones más notables que ha expresado el nuevo Papa es su profunda atención hacia el medio ambiente y las repercusiones del abuso que la humanidad ha hecho de nuestro planeta. Esta preocupación es paralela a la de su predecesor, el Papa Francisco, quien en su encíclica «Laudato Si» de 2015 subrayó la importancia de combatir el cambio climático y de vivir en armonía con la naturaleza, no solo por razones de supervivencia, sino como un deber ético y espiritual.
Leo XIV también enfatizó este mensaje durante su tiempo como arzobispo, destacando que el «dominio sobre la naturaleza» que la deidad cristiana otorgó a la humanidad no debería ser «tiránico», sino una relación de reciprocidad.
En este asunto, el pontífice ha sido enfático acerca de la urgencia de actuar contra el cambio climático y ha instado a la Iglesia Católica a «pasar de palabras a acciones», advirtiendo sobre las consecuencias catastróficas de un desarrollo tecnológico sin control.