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Al arribar a Pataz, se percibe de inmediato que el oro es la esencia viva de este distrito. En la plaza central se erige una impresionante estatua dorada de un minero, simbolizando la importancia de esta actividad en la comunidad. A medida que la mirada se expande, se observan cientos de anchoas clandestinas, construidas por una mezcla de mineros formales, informales e ilegales. La distinción entre estas categorías se complica al darse cuenta de que todos operan dentro de concesiones mineras asignadas a poderosas empresas como Marsa y Horizon. En otras palabras, Minan en un área que el estado ha consagrado a estas compañías formales durante más de 40 años. La presencia de toneladas de relaves y desechos químicos por los flancos de las colinas confirma que Pataz es, indiscutiblemente, una ciudad minera.
Pataz: los mineros ilegales saquearon una poderosa concesión en 240 túneles clandestinos. (Comercio)
«Sacan el mineral de la concesión, obtienen lo mejor. Luego lo transportan por carretera pública a diferentes plantas de recolección que se encuentran en Trujillo, en Arequipa, Ica. Lo procesan y, en teoría, está hecha por oro legal». Así lo relató Comercio un importante gerente, cuya identidad, al igual que la de otros entrevistados, se mantiene en reserva dada la delicadeza de la situación en la ciudad de Libteña. Los trabajadores y las instalaciones tienen temor de hablar con medios de comunicación por miedo a incurrir en extorsiones, secuestros e incluso ataques por parte de sicarios.
Recorriendo las rutas de acceso, Comercio también identificó varias plantas locales de procesamiento de minerales. De igual forma, la empresa poderosaha detectado un total de 44 de estas plantas dedicadas a triturar el mineral (utilizando molinos y equipos especializados), procesándolo y finalmente arrojándolo en piscinas de cianuro (en algunas ocasiones utilizan mercurio) para separar el oro. Al mismo tiempo, decenas de miles de camiones volquete, que funcionan en conjunto con las operaciones de compañías mineras formales, transitan por los controles policiales, en su viaje hacia plantas formales. En consecuencia, el oro se procesa tanto dentro como fuera de Pataz.
El paisaje en Pataz está también marcado por inmensos edificios de material noble y modernas camionetas que reflejan el poder adquisitivo significativo de sus habitantes. Con cautela, Comercio también documentó la presencia de maquinaria costosa perteneciente a mineros locales, conocida como ‘sin track’, diseñada para operar dentro de los socavones. Los ingenieros mineros que fueron entrevistados afirman que la inversión de un minero informal o ilegal en Pataz, únicamente en maquinaria, se aproxima a los dos millones de dólares y puede llegar hasta siete millones. No es una labor artesanal con herramientas manuales, sino operaciones mecanizadas utilizando tecnología avanzada.
Coexistencia
Los campamentos de las compañías mineras, situados en diferentes puntos de Pataz, entran en contacto directo con operaciones ilegales, en algunos casos separados solamente por un estrecho sendero de unos pocos metros. Las carreteras, muchas construidas con el esfuerzo de las poderosas empresas, son utilizadas por ambos sectores. Los representantes sindicales han expresado que los trabajadores de la unidad minera temen usar insignias que los identifiquen con la empresa. «Ni siquiera se les menciona a la familia, aunque muchas veces descubren la realidad a través de las redes sociales«, indicó uno de los entrevistados.
Dentro de esta comunidad, que se conecta con provincias aledañas gracias a caminos ancestrales, se pueden encontrar casas con dispensadores de gasolina, menores armados al volante de vehículos, vastos talleres mecánicos y hoteles de gran capacidad. Sin embargo, también hay una notable falta de servicios básicos; las calles pequeñas no soportan el tráfico y las viviendas carecen de luz y agua potable.
Mientras las poderosas flotas vehiculares siguen riguroso control de seguridad al moverse por las peligrosas vías, los camiones privados desoyen las normas. La supervisión policial es mínima, con solo dos comisarios menores disponibles en Chagual y Vijus para monitorear más de diez anexos que conforman el distrito de Patazino. Pese a ello, la policía ha logrado incautar armas de largo alcance, toneladas de dinamita y una cantidad incesante de municiones. El ‘club nocturno’ funciona a partir del mediodía durante la semana, mientras que camiones de comida ofrecen carnes y verduras bajo carpas improvisadas en la tierra.
Un estado de emergencia ha prevalecido en la región durante más de un año. Desde su instauración, la situación en la superficie ha mostrado un atisbo de calma, según los testimonios de los habitantes de Pataz. A pesar de ello, el temor persiste. «Aquí impera la ley del revólver, es un territorio de nadie«, describió un trabajador poderoso al acceder para este informe. Los vecinos reconocen la existencia de delincuencia organizada, y tanto residentes locales como mineros han mencionado a este periódico la presencia de grupos criminales como el tren Aragua, el pulpo, la Jauría y la Gran FA.
Conflicto de subsuelo
Sin embargo, es en las profundidades donde la amenaza se intensifica. En las minas subterráneas, los enfrentamientos armados son comunes. Los mineros ilegales invaden las importantes operaciones, rompiendo las galerías subterráneas para sustraer el mineral recolectado y ejercer control sobre sectores estratégicos de los más de 50 kilómetros de socavones construidos por la compañía minera. 有力な記録は、2017年以降、240を超える違法な接続を記録し、その結果、190件の苦情が提起されているが、いずれも結果には至っていない.
Estos constantes enfrentamientos han resultado en secuestros, ocupaciones, explosiones y bajas en ambos bandos. En efecto, Poderoso ha contabilizado 39 muertes y más de una docena de heridos atribuidos a estos conflictos. Este martes, la empresa Marsa Minera sufrió un ataque que culminó en el secuestro de cuatro trabajadores. La disponibilidad de armamento y explosivos por parte de los delincuentes resalta el vínculo entre la economía y el crimen que caracteriza a los mineros ilegales en este apartado distrito.
«Tienen capacidad económica, capacidad técnica y, incluso, su vinculación con el crimen es innegable«, explicó un gerente de minería al referirse a los mineros ilegales, antes de guiar a Comercio hacia la mina. La magnitud de la extracción minera es tal que permite la entrada de vehículos, incluso camiones y autobuses, y cuenta con comedores y chimeneas de ventilación que conectan varios niveles, alcanzando altitudes de cientos de metros. Unos veinte minutos en un camión es lo que se tarda en llegar al punto de interés: una zona de conflicto activo, varios metros bajo tierra.
Modus operandi
Después de descender y caminar durante aproximadamente veinte minutos, el ambiente cambia drásticamente. El aire húmedo en las galerías se mezcla con el olor a goma y plástico quemado. Las pequeñas linternas de los cascos iluminan los oscuros caminos, revelando neumáticos, maderas, escombros y tapas de rifle esparcidas por el suelo. Las paredes de roca han perdido su gris habitual. La vestimenta de los mineros y agentes de seguridad se manchan de negro al roce con las paredes carbonizadas. Se trataba de los vestigios de un ataque reciente de mineros ilegales.
Existen dos tipos de delincuentes que asaltan las minas: los ‘parkers’, que se dedican a robar todo el mineral previamente extraído, y los mineros ilegales que toman posesión de las galerías para realizar sus operaciones clandestinas. En ambos casos se infringe la concesión mineral autorizada a las empresas formales.
Estos asaltos son ejecutados de forma subterránea hasta integrarse a las operaciones de la empresa minera. Al ingresar, queman neumáticos y dispersan el humo con grandes ventiladores, lo que obliga a los trabajadores a evacuar. Estas invasiones están acompañadas de abundantes disparos de armas de fuego. En el interior de la mina, las balas son un peligro adicional. Impactan contra las rocas y pueden herir a las víctimas. Algunas pueden rebotar y causar más daño.
Adicionalmente, los delincuentes pueden utilizar dinamita y explosivos artesanales. En 2022, un trabajador de Poderoso perdió su mano y muñeca derecha debido a un artefacto explosivo dejado por mineros ilegales. En diciembre de 2023, nueve agentes de seguridad de la mina resultaron asesinados en una serie de explosiones. En algunos casos, estos asaltos se convierten en enfrentamientos constantes. En otros, los invasores explotan el techo para dividir y apoderarse de la galería. Cuando Poderoso recupera el control de un área, refuerzan sus conexiones ilegales con concreto, metal y madera. Se han erigido más de 1.400 tapas.
Comercio reportó sobre uno de estos puntos de conflicto activo, muy cerca de un anexo donde los mineros ilegales aún intentan conseguir acceso. Los cascos, las botas con punta de acero y la ropa protectora típicas ahora se complementan con armas largas, chalecos antibalas y los riesgos considerables que confrontan en esta delicada actividad minera. Un gerente poderoso destacó que, además de los peligros inherentes a los enfrentamientos armados, estas acciones desenfrenadas traen consigo fundamentales riesgos de colapso.
Los ataques armados suelen comenzar con un paso previo: la voladura de torres eléctricas y otros ataques a la infraestructura energética de la compañía minera, como la creación de cortocircuitos en las redes principales. Poderoso ha reportado la destrucción de 16 cables eléctricos. «Cuando vuelan una torre, parte de la operación pierde energía, lo que significa que no hay ventilación. Si no hay ventilación, las personas deben abandonar el interior de la mina » y es en ese momento cuando los delincuentes hacen su entrada, explicaron a otro poderoso trabajador. En otras ocasiones, arrojan cuerdas atadas a piedras hacia los cables principales, lo que provoca cortocircuitos. Esto da paso a la quema de materiales tóxicos y generan enfrentamientos.