La exploración humana de un cosmos es sumamente complicada debido a múltiples limitaciones que la hacen parecer como una misión casi imposible. Uno de los principales desafíos es el entorno inhóspito que caracteriza a la mayoría de los cuerpos celestes, donde la falta de recursos esenciales para nuestra supervivencia, como agua y oxígeno, representa un obstáculo significativo.
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No obstante, un requisito adicional que se ha vuelto crucial en los tiempos modernos es la necesidad de electricidad. Este recurso energético es fundamental para activar los sistemas que mantienen los otros elementos vitales en funcionamiento, lo que hace que cualquier misión espacial sea aún más compleja.
Con esto en mente, la agencia espacial rusa Roscosmos y la Administración del Espacio Nacional (CNSA) formalizaron un acuerdo el 8 de mayo con respecto a la edificación de una planta de energía en la luna. Este anuncio fue hecho por el sector espacial ruso, resaltando la importancia de este proyecto para el futuro de las exploraciones lunares.
“La planta de energía rusa se convertirá en una contribución importante al proyecto de la Estación Científica Internacional en la Luna, que está planificada para ser creada para 2036,” comunicó la Agencia Espacial Rusa a través de su canal en Telegram. Este desarrollo es un paso adelante en la ambición de establecer una presencia humana continua en la Luna.
El memorando que facilitan la colaboración entre Rusia y China se inscribe dentro de un paquete más amplio de acuerdos que fueron firmados la semana pasada entre los presidentes de ambas naciones, Vladimir Putin y Xi Jinping. Esta firma tuvo lugar durante una reunión que se dio en el contexto de la visita del líder chino a Moscú, coincidiendo con las celebraciones del 80 aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre el nazismo, un evento cuya relevancia histórica resuena con ambas naciones.
La futura estación lunar que las naciones planean construir es un espacio donde se realizará una investigación científica y se probarán nuevas tecnologías espaciales, según prácticas habituales en la exploración espacial. La colaboración no solo involucra a Rusia y China, sino que como se indicó a fines de abril, ya se han sumado 13 países a este proyecto internacional. Países como Bolivia, Nicaragua y Venezuela, entre otros miembros del grupo BRICS, como Egipto, Etiopía y Sudáfrica, han expresado su interés en formar parte de esta iniciativa emocionante que podría revolucionar nuestra comprensión del espacio y su exploración.